Las Mujeres en Rotary
Hasta 1989, los Estatutos de Rotary International especificaban que la membresía a un Club Rotario era sólo para varones.
En 1978, el Club Rotario de Duarte, California, invitó a 3 mujeres a pertenecer al club. La Mesa Directiva de R.I. le retiró la Carta Constitutiva a ese club por violación a los estatutos y Reglamento de R.I. El club de Duarte llevó su caso a la corte de justicia contra R.I. alegando violación de la ley estatal de derechos civiles que previene la discriminación de cualquier forma en actividades de negocios instituciones públicas. La Corte de Apelaciones y la Suprema Corte de Justicia apoyaron la posición del C.R. de Duarte que Rotary no podría quitarle al club su Carta Constitutiva, sólo por haber aceptado a mujeres dentro del club. La Suprema Corte de los Estados Unidos contestó a la Corte de California indicándole que los clubes Rotarios si tenían un “propósito de negocios” y que en alguna forma son organizaciones de tipo público. EL cambio estatutario de R.I. fue hecho en el Consejo de Legislación de 1989, en Singapur, con la aprobación unánime para eliminar la frase de “solamente hombres” de todo Rotary.
HISTORIA DE LAS DAMAS ROTARIANAS
En muchos clubes del mundo, las esposas de Rotarios, son llamadas cariñosamente Rotarianas y su historia es muy bella. Su designación no fue una de menosprecio, pero sí una que nació de una ocasión histórica muy interesante.
Fue en el año de 1914 cuando Rotarios de San Francisco, California USA., abordaron un tren especial para asistir a la Convención Rotaria en Houston, Texas. Hasta antes de llegar a Los Ángeles, sólo había una dama en el tren, era la esposa del Rotario, Bru Brunnier. En esa época, muy pocas esposas acompañaban a sus cónyuges a eventos Rotarios. Al recoger el tren a más convencionistas, presentaban a la Sra. Ana Brunnier como la RotaryAna.
Este título pronto se convirtió en Rotariana. Ya que los clubes del oeste estaban invitando a Rotarios a asistir a la próxima Convención Mundial en San Francisco, se organizaron una gran cantidad de actos y canciones para interpretarlas en Houston. Uno de los Rotarios escribió un canto que llamó Rotariana. Al llegar a la estación de Houston, una delegación estaba recibiendo a los Rotarios del oeste. Uno de los miembros de la delegación de Houston era Guy Gundaker de Filadelfia, cuya esposa también se llamaba Ana. Durante la recepción, alguien comenzó a cantar la canción Rotariana. Las dos damas, Ana Brunnier y Ana Gundaker, fueron levantadas en hombros por los señores y paseadas por el salón. El grupo estaba fascinado por el título dado a estas dos damas de nombre Ana. Inmediatamente el mismo nombre cariñoso se usó para todas las señoras que asistieron a la Convención. El apelativo Rotariana había llegado para quedarse.